domingo, 21 de marzo de 2010

Posmodernidad y Educación

Hemos visto como la posmodernidad se apoya en tres elementos que la definen: Las nuevas tecnologías, el contexto político actual occidental y la paradoja existencial de las vanguardias.
Esta incesante búsqueda de lo nuevo desde la modernidad, basada en metarrelatos y pensamiento fuerte, tienen como consecuencia, en la posmodernidad, en la muerte de los metarrelatos y en un pensamiento débil, por el cual, todo se cuestiona y difícilmente se legitima nada. También se puede pensar que no hay muerte de metarrelatos sino que se han generados otros nuevos. Igual que han caído, o se cuestionan, grandes historias como el comunismo, catolicismo, etc, surgen otros como la ecología o el liberalismo democrático. Pensar que el propio concepto de posmodernidad es en sí un metarrelato no se presenta como ningún disparate. Parece más un trasvase de poder del conocimiento, del arte, de la economía... como se ejemplifica en la relación arte e iglesia del pasado y la actual del arte y el mercado.
Us aspecto esencial de la posmodernidad o actualidad, y de gran aplicación en la educación, nos parece la democratización del arte y de la información. Con el desarrollo de los mass media se vence la barrera de inaccesibilidad del conocimiento. De ahí que haya que plantearse el enfoque de la educación como espacio en el que se transmite el conocimiento de forma unidireccional, si éste ya está prácticamente en el aire. (conocimiento rizomático)
Con respecto a la educación artística nos parece fundamental este aspecto, ya que el poder de los mass media se fundamenta primordialmente en las imágenes y en la transtextualidad que los medios de comunicación audiovisual utilizan.
Se llega así a un "todo es relativo", todo es cuestionable y apariencia. A un fracaso del academicismo. Echo que enlaza con lo que comentábamos antes de democratización del arte y por tanto el centrar la eduación en el sujeto y no en el objeto. (Incertidumbre del panorama actual).
Lo anterior nos lleva a entender mejor la muerte de los metarrelatos. Puede que sigan existiendo, pero se impone a ellos lo individual.
Comentar también un concepto muy aplicable a la educación en un contexto posmoderno como es la deconstrucción, como constante puesta en crisis, cuestionamiento y análisis crítico.
Hay nuevos temas de interés social que hay que incorporar a la educación como la ecología o sostenibilidad, diferencias de género, racismo, multiculturalidad, tolerancia, violencia. Todos ellos de vital importancia para incorporarlos a las aulas, por lo que éstas no se pueden entender como se hacía tradicionalmente, indiferentes a la realidad social, con roles claros y jerárquicos y en las que el conocimiento se transmitía de forma casi mística.
¿Pueden ser la atención a la diversidad o la multidisciplinaridad posibles vías para una más acertada educación en nuestros días? Tal vez no sean la respuesta, la solución al problema, máxime teniendo en cuenta que no puede haber un recetario perfecto para la inmensa casuística. Sin embargo pueden ser un punto de partida para realizar la búsqueda. El sujeto como centro en el que las disciplinas se integran para resolver un único problema, no uno por cada materia. Un contacto continuado con la realidad social, para influir en ella, cambiarla y construirla desde las aulas. De forma política, pero no la política de los partidos mentirosos que se pelean por perpetuarse en el poder, sino la de la ciencia de la relación humana entre iguales.
A la pregunta de qué debe tener un docente de educación artística nos vienen a la cabeza de forma inmediata aspectos como un fuerte compromiso con la profesión, formación constante, contacto con la realidad social y educativa aunque también se nos ocurren otros más que son externos al propio docente como apoyo institucional, legislación más clara y objetiva, consenso social en cuanto a la educación y un nuevo concepto de acceso a la profesión y de situación en ella.

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